Pasaron aprisa los azules años,
cuando éramos niños detrás
de un balón y una falda,
y vino la vida, peldaño a peldaño,
a darnos su beso brutal
a traición por la espalda.
Un día nos vimos ajenos y adultos,
envueltos en trajes de boda,
despachos y olvido,
movidos por un ordenador oculto,
cada vez más lejos del mar,
cada vez más perdidos.
Y descubrimos que volver del revés,
mujer, amor, amigo, celos,
era un camino para ver
junto al asfalto florecer
un huerto entre los rascacielos.
Y descubrimos que ocho y dos suman diez
y que dos son mejor que uno
y comprendimos que a la vez
que dos y uno suman tres
cubiertos para el desayuno.
Pasaron aprisa los azules años,
cuando éramos niños detrás
de un balón y una falda,
y vino la vida, peldaño a peldaño,
a darnos un beso brutal
a traición por la espalda.
Vimos enseguida que no había manera
de subir de la mano los tres
juntos por la escalera:
cuando ella te dijo "me caso contigo",
a mí me tocó en la función
el papel de testigo.
¡Échate un trago! ¡No pretendas hacer
con la navaja un disparate!
¡No seas absurdo, cálmate!
Te servirá, si corta bien,
para ir pelando esos tomates.
Se trata sólo de ponerse a sembrar:
cualquier momento es oportuno;
se trata sólo de empezar
con ganas. ¡No me negarás
que lo hacen dos mejor que uno...!
Se trata sólo de empezar a sembrar;
cualquier momento es oportuno.
Los del taller te ayudarán
con el frutero a demostrar
que lo hacen dos mejor que uno.
Gracias por el vídeo a nomals
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